sábado, 29 de enero de 2011

Descartes (s. XVII y principios del XVIII)

Descartes inicia el movimiento racionalista.

Elaboró un método influido por la matemática,el cual se compone de cuatro reglas que nos ayudan a distinguir lo verdadero de lo falso. La regla de la evidencia nos manda no afirmar una idea como verdadera si no es evidente, es decir, si la idea no admite duda y es clara y distinta. En segundo lugar, la regla del análisis manda descomponer el problema en partes pero la de síntesis, sin embargo, manda recomponer las ideas analizadas para comprobar si se derivan otras nuevas. Por último, la regla del repaso nos manda revisar todo el proceso una vez acabado.

Aplicando este método, Descartes, en su metafísica, da incio al proceso de duda metódica (compuesta por tres niveles) con la aplicación de la regla de evidencia y somete a análisis todo lo que tiene en mente. Los niveles son: los sentidos, la indistinción entre sueño y vigilia y el de deus deceptor o Genio Maligno (que afirma que debe existir un ser maligno que hace equivocarnos siempre que pensamos). Con estos niveles, todos artificiales excepto el de los sentidos, se generalizan todo tipo de ideas.
Con este proceso, Descartes logra extender la duda hasta encontrar tres verdades.

En primer lugar establece que es una substancia pensante (res cogitans) y que, cuanto más dudamos, más demostramos que pensamos (cogito ergo sum). De esta idea de 'yo' extrae su atributo (el pensamiento) y sus modos (dudar,afirmar,negar, etc.) y expone su criterio de certeza: una dea es verdadera si, al igual que la idea de 'yo' es distinta y clara.
Clasifica las ideas según su origen, pudiendo ser adventicias (si proceden de los sentidos, externas al 'yo'), facticias (si proceden del 'yo' mismo) o innatas (si al nacer, ya contamos con ellas). También clasifica las ideas según los actos de pensamiento (en esta categoría todas son iguales) y según su contenido (mayor o menos realidad objetiva), siendo la idea de infinitud o perfección la que mayor contenido tiene.
Partiendo de ésto, Descartes intenta demostrar que esa segunda verdad (res infinita) es Dios. La primera demostración que usa se basa en el principio de causalidad: la idea de inifinitud y/o perfección no puede proceder del 'yo', puesto que la causa tendría que tener mayor realidad que la idea efecto. Luego, Dios existe.
Para reforzar la existencia de Dios, Descartes usa una segunda demostración, parecida a la de San Anselmo: al dudar demostramos que somos imperfectos, puesto que afirmamos tal cosa, tener la idea de imperfeccion en mente implica tener la idea de perfección. Esta idea no puede proceder del 'yo' (porque somos imperfectos). Luego, existe un ser perfectísimo que nos introduce en nuestra mente y conocimiento esa idea de perfección y que además en sus notas tiene la idea de existencia. Luego, Dios existe.

La tercera verdad que establece Descartes afirma que Dios es la garantía de nuestras ideas sobre el mundo (res extensa). Justifica la existencia del mundo usando la idea de la existencia de Dios, ya que, no podríamos estar seguros de esta idea sino lo justificara el proceso racional que parte de la idea de Dios.
Los modos del mundo son la figura y el movimiento, el atributo la extensión.


En cuanto a la antropología cartesiana, Descartes mantiene una postura dualista: el hombre es un compuesto de cuerpo y alma. El alma se identifica con la res cogitans y además es libre e inmortal. El cuerpo se identifica con la res extensa y está sometido a las leyes mecanicistas de la física y, además es mortal. La relación entre ellos la explicó con la identificación de la glándula pineal pero las respuestas más elaboradas las plantearon tanto Malebranche con su ocasionalismo como Leibniz con su armonía preestablecida.


Para finalizar, la ética de Descartes está caracterizada por su defensa a la moral provisional, compuesta por unas reglas que nos mandan obedecer las leyes y costumbres de un país, intentar cambiar nuestros pensamientos en vez del orden mundial y ser firme en el obrar. También defendió la libertad del alma.


CONTEXTO
Descartes vivió la mayor parte de su vida durante el siglo XVII. El siglo XVII es un siglo en el que se producen una serie de cambios, crisis y desequilibrios.
Económicamente, Inglaterra aún basa su producción en base a la agricultura, siendo el mercantilismo el sistema económico que lo organiza (ésto supone proteger el comercio nacional según sus riquezas).
La sociedad del momento sigue siendo estamental aunque cobran mayor importancia los financieros, los funcionarios, los mercaderes y los fabricantes.
El Estado tiene que hacer frente a varias revueltas y a amenzas de guerras civiles mientras que en Europa viven en contínua enemistad con los otros países y en guerra con ellos.
Los europeos del siglo XVII creen ciegamente en Dios, aunque esa creencia ya no es unitaria desde que se ha dado la Reforma protestante. Aún así, a partir de 1700 la fe se verá reducida, así como también la influencia que tenía el clero sobre el pensamiento de las gentes.
En esta etapa se produce una ''crisis de la razón'', con la crisis de la Escolástica y la crisis de las Universidades.
La cultura se nacionaliza y la teología deja de tomar importana a la hora de unificar conocimientos. El Barroco es el movimiento cultural y artística que refleja la moral burguesa del siglo XVII.
Se reflexiona sobre el tiempo y su fugacidad, sobre lo contingente y lo azaroso o sobre la apariencia.
En el panorama filosófico, el siglo XVII queda caracterizado por el Racionalismo, corriente que intenta encontrar certeza en el conocimiento filosófico queda la razón, la cual consideran una única herramienta útil si se quiere encontrar verdades (los sentidos son engañosos).
El modelo del que parten los racionalistas son las matemáticas. Además, triunfa entre ellos el subjetivismo.

Frente al racionalismo aparecerá, más adelante en GB, el Empirismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario